Mini-Ejército

Vivimos en la época de la miniaturización y, como cabía esperar, esta desesperante palabra no sólo ha afectado ya a nuestra vida diaria con mini-procesadores, mini-cadenas, mini-coches y otros mini, sino que amenaza ya con afectar a las instituciones. Dentro de nada, por ejemplo, en vez de Ejército, vamos a tener un mini-Ejército. Sólo hay que escuchar al ministro Trillo quien se queja de que con el fin de la mili no tiene bastantes efectivos para el Ejército profesional. Ni corto ni perezoso, el ministro de Defensa ha encargado precisamente la defensa a empresas externas de vigilantes jurados que se ocupan ya de la seguridad de instalaciones como la Academia General de Zaragoza. Brillante idea que ha causado más bochorno que el calor que nos embarga estos días. Pero el ministro tan fresco. Dentro de nada a los aeromodelistas se les encargará pilotar los reactores y a las Cofradías de pescadores la vigilancia de la Flota. Pero que no cunda el pánico porque, si bien las FAS no han tenido este año más que un mini-desfile, o así, en Alicante, pronto tendrán un Pentágono, perdón «mini-Pentágono», que agrupará a los tres Ejércitos. Al final, todo minimizado en este Departamento de Defensa del ministro Trillo, es decir, minis... trillo.